7 planes ‘celestiales’ de Semana Santa en Gran Canaria

De lo alto de una torre al fondo del mar. Todo encaja a la perfección en el mundo de experiencias que despliega la Semana Santa en Gran Canaria.

1. Una panorámica de 500 años.
La torre sur de la Catedral de Santa Ana regala una visión panorámica que ayuda a interiorizar la esencia de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. La vista queda atrapada en primer lugar por la intensidad del océano. Aquí se comprueba que la capital insular es una criatura híbrida, con un pie en tierra y otro en el mar. Su fundación en 1478 puso las primeras piedras del barrio de Vegueta, cuyas callejuelas empedradas y vetustos edificios resisten con orgullo el paso de los siglos. A ras de suelo, pero en la cúspide de la devoción, la capilla y las naves del templo y el anejo Museo Diocesano de Arte Sacro despliegan una exhibición de pinturas y tallas que adquiere mayor significado en plena Semana Santa. Estas manifestaciones artísticas se anudan a la memoria como las columnas salomónicas del cercano convento de San Francisco de Borja. Cada paso en Vegueta es un viaje en el tiempo. Y una incursión en la capacidad humana para generar belleza.

Vegueta

2. La isla que subió a los cielos.
Desde lo alto de esa misma torre, a más de veinte metros de altura, se atisba que Gran Canaria trepa hacia las montañas, donde muestra su lado más íntimo y rural. Esta tregua en el calendario brinda la oportunidad de descubrir con calma algunos de los insospechados rincones de este territorio interior, caracterizado por su diversidad natural y paisajística. Sobre el mapa se extienden más de treinta espacios naturales protegidos que dan fe de esta realidad, que abarca áreas casi desérticas, reductos de laurisilva o bosque húmedo, y pinares. En abril, además, está en plena floración el tajinaste azul, uno de los heraldos de la primavera.

Tajinastes azules, Tenteniguada

3. La costa de los milagros.
El cielo tiene un espejo en Gran Canaria. Este Atlántico sonoro, como fue definido por el poeta modernista Tomás Morales, posee la capacidad de purificar casi todo. Por eso tantas personas anhelan sumergirse en sus aguas. Llegan envueltas en la pesadez del día a día y el estrés. El mar atrapa el tedio y lo arrastra al fondo, donde lo diluye antes de devolverlo a la superficie en forma de espumas blancas que coronan cada ola. Y esto ocurre en playas escoltadas por dunas, en calas de arena o en los charcones, piscinas naturales, que se encuentran en esa frontera difusa entre la tierra firme y el mar, donde tantos milagros ocurren a diario en Gran Canaria y sus 236 kilómetros de milagrosa costa.

Maspalomas

4. Desde las profundidades del Mar al Viejo Oeste.
Siete días para crear recuerdos en familia. Gran Canaria tiene múltiples opciones para transformar la Semana Santa en una gloriosa sucesión de recuerdos en familia, más allá de las oportunidades que ofrecen su clima suave y su naturaleza. De hecho, hay al menos un parque temático por día para descubrir. Y, si se quiere, sin descanso puedes organizar tu visita al acuario Poema del Mar,  Angry Bird Activity Park,  Aqualand Maspalomas, Holidayworld Maspalomas,Cactualdea Parque, Jardín Botánico, Granja Escuela Los Olivos, al parque temático de batallas Hangar37, la ventana a la fauna de todas las latitudes del Palmitos Park y el Sioux City Park, donde vivir la experiencia del salvaje oeste en primera persona. Pero todavía Gran Canaria te ofrece mucho más planes: avistar cetáceos en la costa soleada de Mogán, explorar un gran jardín botánico o disfrutar de un agradable paseo en la guagua turística.

5. Encuentro con los volcanes.
Gran Canaria es hija del volcán. O más exactamente de una actividad volcánica continuada que hizo que emergiera del Atlántico hace millones de años. Hoy en día es posible mirar cara a cara a los volcanes dormidos. Por ejemplo, desde el Mirador de Las Coloradas, en Las Palmas de Gran Canaria. Este balcón está diseñado para echar a volar la vista por la geología volcánica de La Isleta, además de las plataformas y rasas marinas intermareales de El Confital, así como los restos de las salinas y de la factoría de salazón, protagonistas de un campo visual que se prolonga hasta la costa norte y la cumbre, incluido el Roque Nublo en los días despejados. La Caldera de Bandama es otra excelente opción para quien quiera descubrir la fuerza creadora del volcanismo, verdadero escultor del paisaje isleño junto al pesado y lento reloj geológico y la erosión.

Roque Nublo

6. Silencio y estrellas.
Los conjuntos históricos de Gran Canaria esconden una experiencia en cada recodo, de ahí que se haya tendido un manto protector sobre estos espacios donde el tiempo ha sido detenido. No obstante, la vida no se ha congelado. Muy al contrario, fluye con mayor fuerza en estos lugares llenos de encanto. Es lo que ocurre en los cascos históricos de muchos pueblos o ciudades, o también en las calles Triana y Perojo de Las Palmas de Gran Canaria. En otros enclaves domina la majestuosidad del silencio y la memoria, como ocurre en el entorno las Casas de la Mayordomía y la Ermita de San Antonio Abad de Tamaraceite o en Barranco Hondo de Abajo de Gáldar, testimonio de la vida en cuevas y siempre con la mirada puesta en el cielo estrellado de la cumbre de Gran Canaria.

Roque Bentayga

7. Cumplir un ritual.
Este ritual puede tener lugar en cualquier fecha, pero es parte sustancial de la Semana Santa en Gran Canaria. Todo comienza cuando alguien selecciona una pieza de pescado seco y salado, por lo general de cherne o corvina. A continuación, hay que sumergirla en agua para desalarla, algo que puede hacerse durante un día y una noche o durante dos o más jornadas. Lo que indique el buen ojo, el tiempo disponible y el grado de sal previo. Esta ceremonia gastronómica donde se prepara el sancocho canario, que empezó en las profundidades marinas discurre luego por el campo en busca de las mejores papas y batatas, así como del gofio para las ‘pellas’. El ritual quedaría incompleto sin un mojo, ya sea rojo o verde o, mejor, uno de cada. Esta salsa es la pila bautismal de múltiples platos tradicionales y el complemento de la Semana Santa. Estas fechas se endulzan con repostería a base de almendras y mieles que las abejas elaboran con néctar de flores que parecen de otro mundo.

Sancocho
Pella de gofio