9 Destellos de la Navidad en Gran Canaria
La Navidad de Gran Canaria brilla en su oferta cultural, gastronómica y comercial, que se suma al suave clima, la naturaleza y la fusión de tradición y modernidad.
1. Tras los pasos del Sol
Los rituales de la Navidad siguen el ritmo del sol. Cada 21 de diciembre, los días empiezan a ganarle el pulso a las noches y confirman que el ciclo de la vida permanece. Así ha sido siempre. En la cumbre de Gran Canaria, donde la luz está acostumbrada a reinar, la antigua población de la isla identificó marcadores como el Roque Bentayga para señalar la llegada del solsticio de invierno y organizar así la agricultura, la ganadería y los ritos sociales que garantizaban su supervivencia. Subir al techo de Gran Canaria durante estas navidades conecta con esa ancestral relación del ser humano con las estrellas en un territorio declarado Reserva Starlight por las extraordinarias condiciones para la observación de la bóveda celeste. Además, este espacio es el corazón del Paisaje Cultural de Risco Caído y las Montañas Sagradas de Gran Canaria, ámbito declarado Patrimonio Mundial por la Unesco.
2. Oro en las orillas
El siguiente destello dirige ahora nuestros pasos desde las alturas hacia la prometedora orilla, donde brilla el polvo de oro de la Playa de Las Canteras, en Las Palmas de Gran Canaria. Aquí, como cada Navidad desde hace quince años, cobra forma el Belén de Arena mientras no cesan las entradas y salidas de quienes se sumergen en las aguas cristalinas de la bahía. Los surfistas disfrazados de Papá Noel componen otra estampa de estas navidades distintas que también ofrece destellos similares en distintos puntos del litoral grancanario, donde los árboles de navidad brillan al final de días tibios y ensalitrados en arenales costeros, bajas de piedra y charcones.
3. Luces de cristal
La luz del sol juega con los sentidos al filtrarse por las vidrieras de la Catedral de Santa Ana, en el casco histórico de Vegueta, en Las Palmas de Gran Canaria. Los rayos de sol cruzan las galerías e iluminan a su paso el polvo suspendido antes de replicar los tonos de las cristaleras sobre el suelo del templo. La visita a los distintos núcleos urbanos centenarios de Gran Canaria permitirá descubrir el rico patrimonio insular en mañanas, tardes y noches engalanadas. Además, aquí la tradición convive con la más auténtica oferta de restauración, comercio y artesanía.
4. Huellas doradas
Somos los pasos que hemos dejado atrás. Y también los que daremos. Las dunas de Gran Canaria, montañas que se mueven, son gigantes agazapados a orillas del Atlántico y que evocan inevitablemente los paisajes asociados a los viajes desérticos de los infatigables camellos de los Reyes Magos. El viento borrará las huellas doradas que dejemos grabadas en los senderos señalizados de este espacio natural, aunque pervivirán en la memoria de las navidades vividas en la parte sur del mapa navideño.
5. Fogonazo en las sombras
La luz y la sombra se necesitan. La una no puede existir sin la otra. Mientras las imaginarias huellas de los camellos de los Reyes Magos se quedan en el sur de Gran Canaria, grabadas sobre las dunas, en los mágicos bosques húmedos o de laurisilva del interior es posible echar a volar la imaginación y creer que realmente los duendes de la Navidad habitan en los huecos de los troncos, entre las raíces que tapizan el suelo, bajo las piedras cubiertas de musgo o incluso protegidos de nuestra mirada en el interior de las llamativas flores anaranjadas y con forma de campanilla del bicácaro, un endemismo canario que emerge como un fogonazo entre las sombras.
6. Sonidos de Plata
Los sonidos de la Navidad de Gran Canaria son de plata y oro. La música navideña brilla en los ojos de quienes la interpretan y en las superficies plateadas y doradas de clarinetes, tubas, trompetas y sonajas de pandereta. Por eso, es muy recomendable estar atento a los distintos conciertos y recitales, tanto al aire libre como en el interior de los emblemáticos recintos musicales y teatrales de Gran Canaria, entre ellos el Auditorio Alfredo Kraus o el Teatro Pérez Galdós.
7. Un sorbo de ámbar
¿A qué sabe el ámbar? En Gran Canaria lo saben desde hace siglos porque muchas personas mantienen la costumbre de brindar en Navidad y Año Nuevo con el vino dulce de uvas malvasía del Monte Lentiscal, primigenia zona vitivinícola de la isla. Todavía son muchas más las familias que dan sabor y aroma a estas fechas con la carne de cabrito, pata asada, truchas rellenas de batata, calabaza o cabello de ángel, o con mantecados, polvorones y turrones de almendra, como los que pueden adquirirse directamente en Tejeda. La variada oferta de restauración de Gran Canaria abre las puertas a esta constelación de sabores.
8. El esplendor del Atlántico
El presente se inspira en ocasiones en el brillo del pasado. Testimonios y estudios recopilados por la Fundación para la Etnografía y el Desarrollo de la Artesanía Canaria (FEDAC) del Cabildo de Gran Canaria revelan que la primera cabalgata de Reyes Magos de la isla pudo tener lugar en 1936 proyectada por el artista Néstor Martín Fernández de la Torre, cuya obra es un estandarte del esplendor del Atlántico. Las telas de estilo oriental, las capas y coronas jalonadas de pedrerías, las carrozas cargadas de cofres y los grandes abanadores de plumas convirtieron la cita en todo un acontecimiento que forma parte de la historia de la Navidad isleña.
9. Consulta la Agenda de la Navidad de Gran Canaria
Y recuerda que la Agenda de la Web Oficial de Turismo de Gran Canaria es la mejor guía para estar al día de los principales eventos que tendrán lugar durante las fechas navideñas en la isla, al igual que ocurre durante el resto del año.
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