Calle Perojo, la vía sin fin de Gran Canaria
La Calle Perojo, declarada Bien de Interés Cultural, es un muestrario de arquitectura, color y pasión por el detalle en Las Palmas de Gran Canaria.
La arquitectura, el color y la pasión por el detalle viven en la Calle Perojo de Las Palmas de Gran Canaria, declarada Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de Conjunto Histórico en reconocimiento a su elevado valor y belleza. Pasear por esta emblemática vía de la capital insular sumerge al visitante en un entorno sugerente donde el pasado le da la mano al presente para ofrecer una inolvidable experiencia urbana.
Las huertas que bordeaban la ciudad dieron paso a la Calle Perojo. La sucesión de edificios y viviendas señoriales que conforman la vía empezó a levantarse a comienzos del siglo XX tras la decisión municipal de ensanchar la ciudad más allá de los límites de la muralla que la cerraban por el norte hasta mediados del siglo XIX. La pujanza de la nueva burguesía local quedó plasmada en sus fachadas, verdaderas fotografías de aquel vibrante momento histórico y social que vivió Las Palmas de Gran Canaria.
El único límite con el que parecieron encontrarse los promotores y arquitectos de las viviendas fue el de su propia imaginación. Los exteriores de estos edificios suponen un verdadero festival de la arquitectura y el diseño donde caben todas las formas imaginables y estilos que abarcan el romanticismo, el modernismo o el racionalismo, cuando no emerge un eclecticismo movido por la sed de belleza. Junten todo eso y obtendrán una calle como la Calle Perojo.
Esta colección de balconadas, vidrieras, balaustradas, carpinterías de ensueño, hierros forjados y pilastras ornamentadas pervive en la actualidad como escenario para un entramado urbano donde es posible encontrar un poco de todo, una oferta comercial y de restauración revestida con el buen gusto con el que nació la Calle Perojo. De esquina a esquina encontraremos bares para tomar el café perfecto o un surtido de ibéricos; finas tiendas de antigüedades y de decoración; peluquerías de inspiración parisina; chocolaterías y hasta una pensión.
En su momento, la Calle Perojo se convirtió en un laboratorio de la arquitectura y los nuevos sistemas de construcción, un carácter pionero y de experimentación del que parecen beber los espacios de coworking o de innovación empresarial que también salpican la zona. Y, como contraste (algo tan propio en realidad de Las Palmas de Gran Canaria), no falta el bar de la esquina donde degustar un típico bocadillo de pata de cerdo, las garbanzas o un potaje de berros. La Calle Perojo tiene principio y final pero no termina nunca.
La Calle Perojo es, literalmente, un escenario de película y por ella se ha extendido alguna vez la alfombra roja de Hollywood. De hecho, el actor Brad Pitt rodó aquí una de las escenas del largometraje 'Allied', producción dirigida por Robert Zemeckis.
Además, la Calle Perojo, por su ubicación, es un buen punto de partida o de fin de cualquier jornada por la zona de compras de Triana. Desemboca en la Calle Bravo Murillo, donde se encuentra la sede del Cabildo de Gran Canaria, uno de los mejores modelos de la arquitectura racionalista en España, proyectado por Miguel Martín Fernández de la Torre. Esta travesía ocupa precisamente el lugar donde se levantaba la antigua muralla norte que cerraba el casco antiguo y noble de Vegueta-Triana. En el otro extremo de la Calle Perojo se abre la sutil Plazoleta del Padre Hilario, donde palmeras y árboles convierten este rincón en un pequeño oasis que se ramifica para invitar a nuevas exploraciones urbanas.
Bueno, la verdad es que hemos hablado mucho de la Calle Perojo, pero no hemos explicado debidamente quién fue la persona que le dio nombre. Es hora de revelar el misterio. José Perojo y Figueroa fue representante insular en el Congreso de los Diputados entre 1905 y 1907. Conocido por su defensa de los intereses canarios, su repentina muerte provocó un notable impacto en la sociedad de entonces. Al cumplirse el primer aniversario de su fallecimiento, la ciudad decidió dedicarlo una de sus calles, con el tiempo una de las más vistosas y llamativas. Tanto, que su destino era convertirse en Bien de Interés Cultural.