El Almendro en Flor, preludio de un gran tesoro gastronómico
El fruto es el verdadero secreto de la receta del mazapán.
La floración del almendro anuncia la primavera grancanaria en el mes de febrero. Las Medianías de la isla se visten con un manto rosado y los bellos árboles dan el apreciado fruto que durante varios siglos fue el motor económico del pueblo de Tejeda.
En todas las casas del municipio, siempre se ha hecho mazapán porque todas las mujeres trabajaban recogiendo almendras. En Navidad y para la fiesta del Socorro, la costumbre era preparar este delicioso postre de fórmula secreta que pasaba oralmente de madres a hijas. Así lo aprendió Dolores Navarro y su hermana, las auténticas fundadoras de la conocida Dulcería Nublo (1946), quienes varios años antes de abrir el negocio, ya comercializaban el mazapán y el bienmesabe a la salida de la Misa Mayor bajo el árbol bonito (en la iglesia del pueblo).
Hoy en día, aunque esta receta la podemos encontrar por escrito y con sus medidas precisas, es imposible copiar el postre en otra parte del mundo: el verdadero secreto está en la calidad del fruto y su elaboración artesanal.
La almendra de Gran Canaria es pequeña, rica en grasa y con mucho sabor. Para su elaboración se pone la misma cantidad de almendra y de azúcar; la ralladura de un limón; un poquito de harina; huevos y agua. Pero sin una mano experta y el carácter particular que le da el horno de leña, nunca quedará igual.
Los almendreros ocupan en la actualidad unas 3.000 hectáreas en las medianías de Gran Canaria y si bien su fruto ya no es la principal fuente riqueza para quienes lo cultivan, es un producto tan excepcional que da vida a los pueblos que celebran la Fiesta del Almendro en Flor y a los artesanos que transportan sus sabor milenario.
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