El Carnaval florece en Gran Canaria
El Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria de 2017 comienza el 10 de febrero con el lema ‘La eterna primavera’.
El próximo Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria se celebrá entre el 10 de febrero y el 5 de marzo de 2017. Pero seamos serios. En realidad los carnavaleros y carnavaleras no entienden de calendario. La gente que da vida a la fiesta empieza a pensar en el disfraz del siguiente año prácticamente mientras se quita las pinturas de la cara y la peluca. El carnaval tiene un programa, pero sobre todo es un sentimiento, una marea a la que todo el mundo está invitado a sumergirse. ¿Te animas?
Hay más evidencias que confirman que Las Palmas de Gran Canaria es una Ciudad del Carnaval todos los días del año. Durante estos días, y desde hace ya varios meses, se escucha el sonido lejano y sordo de batucadas y cantos de murgas que procedente de locales de ensayo situados en los sitios más insospechados. Ahí, en esos lugares, se cuece el gran menú carnavalero que se servirá por las calles de la ciudad a partir de febrero.
El lema del próximo Carnaval, La eterna primavera, se ajusta como anillo al dedo a la esencia de la fiesta y de la propia capital de la Isla. Hombres y mujeres que superan ya los setenta, los ochenta y hasta los noventa años cuentan los días para que comience el ‘relajo’, es decir, la diversión sin horario y sin medida. La alegría no tiene edad.
Ni hora. La fiesta incorpora este año hasta tres Carnavales de Día que tendrán lugar el 18 de febrero en Vegueta y un día después en el Parque de Santa Catalina, espacio que repetirá la cita diurna el día 28, al mediodía en todos los casos. El Carnaval del Sol se desarrollará el día 25 de febrero, a partir de las 17.00 horas, a lo largo del paseo de la Playa de Las Canteras.
El Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria es el reflejo del carácter abierto, vital y tolerante de la ciudad. La dictadura franquista prohibió su celebración. Sin embargo, los vecinos lograron mantenerla con vida clandestinamente bajo el nombre de ‘Fiestas de Invierno’. Las crónicas hablan de bailes y fiestas a las que los participantes llegaban con sus disfraces ocultos.
En 1976, el pueblo recuperó el Carnaval para la calle. Desde entonces, la fiesta ha crecido en una doble vertiente. Por un lado, se ha consolidado como reclamo turístico de primer orden en su calidad de una de las citas carnavaleras más importantes del mundo. Pero, por otro, le sigue otorgando protagonismo a esas personas que dedican horas y horas a a ensayar canciones murgueras y pasos de comparsa o a elegir el color de la lentejuela para un disfraz personal y único cuyos reflejos se sumarán al estallido de luz y color que se avecina.
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