El cine atraca en Gran Canaria
Gran Canaria es una referencia cinematográfica como plató natural y por la calidad de sus festivales.
Un grupo de carpinteros de ribera de Las Palmas de Gran Canaria remachó el vínculo de Gran Canaria con el cine. Cuaderna a cuaderna, clavo a clavo, con sus garlopas, cuñas y mazas de calafatear, azuelas, pernos, gubias y formones dieron forma a la ballena de madera de 65 metros de largo y a los botes que aparecieron en la versión cinematográfica de ‘Moby Dick’ de John Houston, protagonizada por Gregory Peck y rodada entre 1954 y 1955 en la bahía de la ciudad.
El séptimo arte permanece atracado en la isla, donde ha encontrado un puerto seguro. Hoy en día, Gran Canaria es literalmente una isla de cine rodeada por océanos de celuloide, algo que se debe tanto a las producciones que se ruedan en la isla, aprovechando su variedad de localizaciones como a la oferta de festivales de temática tan diversa como los paisajes insulares.
Fotograma a fotograma, el cine ha trazado sus propios caminos en Gran Canaria. Uno de estos senderos lleva hasta el Festival Internacional de Cine de Gáldar, que celebra su novena edición del 16 al 23 de octubre con un planteamiento más ambicioso que nunca. “Este año hemos querido aumentar el peso de la programación de las selecciones oficiales en cantidad y calidad, donde contamos con películas que vienen directamente de Cannes o Venecia”, explica el director técnico del certamen, el cineasta Ángel Hernández.
El FIC de Gáldar se mantiene fiel por lo demás a la hoja de ruta que guía su navegación. “Hay una apuesta decidida por el cine de autor, la conciencia social y la vocación pedagógica, con clases magistrales y actividades formativas dentro del festival”, resume Hernández.
En esta línea, a las secciones oficiales de largometrajes y cortometrajes, con notables muestras del cine independiente, se suman la retrospectiva ‘Hacia Canarias’; una mirada cinematográfica al contexto y las motivaciones de los fenómenos migratorios, además del tributo al cine fantástico y de terror de ‘La hora más oscura’ y la nueva cita de ‘Gáldar rueda’, en la que las personas participantes tendrán 72 horas para realizar un corto sin salirse de los límites del municipio pero con las fronteras absolutamente abiertas para la imaginación.
Como ocurre con la historia, la cultura o incluso con la gastronomía, el cine también une puertos entre Gran Canaria y el continente americano. Buen ejemplo de ello es la XIX Muestra de Cine Iberoamericano ‘Ibértigo’, con proyecciones del 14 al 22 de octubre en la Casa de Colón y la Sala Cicca, ambos espacios ubicados en Las Palmas de Gran Canaria. “Ver buen cine nos ayudará a seguir adelante y a disfrutar de cada momento. Tomemos aire juntos y respiremos”, invita el programador del evento, Miguel Ángel Pérez Quintero.
La amplitud del objetivo de la cámara en Gran Canaria, reflejo a su vez del carácter cosmopolita de la isla, también se pone de manifiesto con la Semana del Cine Japonés que se celebra cada verano en la Casa de Colón con la organización de la Asociación de Cine Vértigo y el apoyo de la Fundación Japón.
Las grandes velas que se alzan ahora ante la vista pertenecen al Festival de Cine de Las Palmas de Gran Canaria, el gran galeón del panorama cinematográfico canario que vivió su vigésima edición en abril de 2021. Su director, Luis Miranda, se ve a sí mismo como un capitán de barco con un catalejo, siempre atento a los vaivenes de mares y vientos. “Tratamos de atisbar hacia dónde se dirige el cine, porque los festivales al final son laboratorios para experimentar las condiciones con las que puede desarrollarse, además de portadores de una cierta memoria de la herencia cinematográfica. Somos activistas del cine como cultura y obra de arte”, reflexiona.
“Nos hemos hecho un hueco por el rigor en la programación y la ambición de mostrar nuevas tendencias, y abrir la mirada a culturas cinematográficas poco conocidas. Además, tenemos la reputación de ser un festival muy valiente e independiente de cualquier criterio exterior que pueda pesar sobre la programación”, subraya el timonel de este certamen del que también dice que “creó un caldo de cultivo para una nueva generación de cineastas a escala local y nacional”.
Además de ser una butaca perfecta a la gran pantalla, Gran Canaria se ha posicionado como plató natural para múltiples rodajes. Este tirón se ha traducido en los últimos cinco años en la grabación de casi una treintena de largometrajes y otros tantos vídeos musicales, 75 series y programas de televisión y varios documentales, al margen de más de seiscientos rodajes publicitarios y la producción de 19 títulos de animación digital, dirigida sobre todo al público infantil, según revelan los datos facilitados por la coordinadora de Gran Canaria Film Comission, Nuria Guinnot.
Guinnot detalla que el atractivo de la isla para el mundo audiovisual reside en la variedad de localizaciones naturales y urbanas muy variadas, concentradas en poco espacio y en la presencia de personal cualificado y con experiencia, al que ya se suman además las personas formadas en el Instituto de Cine de Canarias, así como en los incentivos fiscales, la buena conectividad de Gran Canaria, las infraestructuras básicas o su capacidad alojativa.
Por otro lado, Gran Canaria ofertará al sector a partir de 2022 los estudios que construye el Cabildo Insular en el espacio de Infecar, en la capital. Las instalaciones tendrán dos platós de 1.800 y 1.200 metros cuadrados en un recinto de un total de 6.000 para que la fábrica de sueños pueda producir a pleno rendimiento desde la isla.
El autor de la novela ‘Moby Dick’, Herman Melville, escribió que “la verdad no tiene confines”. Quizás sea otro rasgo común entre el cine y los matices de Gran Canaria.