Por la cima de otra de estas sinuosas montañas de arena junto al mar caminan también las actrices Kirá Miró y Leticia Etala, ambas naturales de Gran Canaria e integrantes del proyecto impulsado por el productor Manel Torrents. La isla fue seleccionada como localización de uno de los cortos, dedicado a la figura del diseñador Custo Dalmau, de la marca Custo Barcelona. La elección quedaba justificada por las excelentes condiciones de Gran Canaria como ‘set’ natural de rodaje.

Manuel M. Velasco, también director teatral, se ha quedado prendado de los paisajes insulares. “Cuando pusimos en marcha el proyecto dimos una vuelta por la isla y descubrimos sitios maravillosos. Y muchos ya forman parte del cine, porque directores de todo el mundo se quedan enamorados de estas tierras. Y, la verdad, está quedando todo muy bien”, adelanta satisfecho justo antes de despedirse y empezar a repartir órdenes entre el equipo, cuya piel tostada muestra que llevan ya unos días en Gran Canaria. 

Kira Miró y Leticia Etala protagonizan la escena que se está rodando hoy en las dunas de Maspalomas, en un punto desde el que se divisa a los bañistas y a los que se pierden por este mar de arenas doradas. “¡Perfecto¡ ¡Gracias a todos!”, vocifera Velasco al finalizar la última toma. “Me siento orgullosa y privilegiada de grabar en mi tierra. Cuando me dieron el guión y vi donde íbamos a grabar, ni me lo pensé”, señala de vuelta Kira. “Además, yo me crié en Tejeda muy cerca del Roque Nublo”. Es decir, junto a esa criatura volcánica cuyas tonalidades propias de otro planeta desconcertaron al director. 

Kira Miró, actriz que ha trabajado con autores de la talla de Pedro Almodóvar o Álex de la Iglesia, señala también que “es una maravilla y un lujo venir a tu tierra a hacer lo que más te gusta”. “Me llamó Manuel M. Velasco y cuando me comentó la idea que tenía me tiré de cabeza”, recuerda la también presentadora de televisión y ganadora de un Premio Ondas mientras otros también se tiran de cabeza en el lienzo azul que el Atlántico tiende a diario junto a las dunas.

La caravana del cortometraje, en el que también aparecerá el propio Custo Dalmau con escenas grabadas en Barcelona, sigue su camino en una ruta que incluye paradas en el Puerto de Mogán, el casco de San Bartolomé de Tirajana, la Playa de Las Canteras, El Confital y la Plaza del Espíritu Santo (Vegueta) en Las Palmas de Gran Canaria, la carretera de Fataga y, por supuesto, el Roque Nublo. Estas localizaciones harán que la isla también sea protagonista de esta producción. 

Iluminadores, camarógrafos, ayudantes de producción, técnicos de sonido, modelos, algún curioso… Poco a poco todos se retiran y la normalidad regresa a las dunas de Maspalomas. Detrás, en el mirador, un profesor ilustra a un grupo de escolares acerca de los valores naturales y paisajísticos del sur de Gran Canaria. A los niños, viendo desfilar de refilón al equipo del cortometraje en su apresurada marcha, no les cuesta demasiado entender que realmente viven en una isla de cine.