La artista secreta de Gran Canaria

La naturaleza de Gran Canaria, siempre reconocible e inédita a la vez, ha dibujado una obra inspiradora sobre el lienzo en blanco.

Cuando nadie las mira, las dunas se mueven con sigilo y comparten confidencias con el viento y el océano en su lenguaje de susurros. El silencioso mar de arenas de Maspalomas ha aprovechado el paréntesis para reescribirse y regresar a sus orígenes. Bastaron apenas un par de días para que las brisas borraran las últimas huellas sobre la piel dorada del gran arenal del sur de Gran Canaria y que éste recobrara la apariencia de hace más de medio siglo.

Maspalomas

La brisa tomó este lienzo en blanco y creó ondulaciones tan precisas que parecen dibujadas con un pincel. Hasta la más minúscula de las piedras o de las ramas provocó una pequeña obra de arte de polvo de oro a su alrededor. Imagina a una artista con su caballete al borde del Atlántico, absorta en su creación, libre de cualquier interrupción y sin darse tregua, trabajando de sol a sol. Así ha obrado la naturaleza en Maspalomas.


Este secreto revelado subraya en realidad la capacidad de la naturaleza insular para recrearse y regenerarse. Y encierra también una llamada de atención que ha sido tenida en cuenta. La gente regresa a Maspalomas, y cada vez lo harán en mayor número. Regresarán por lo tanto las huellas a la orilla de la playa, como testimonio físico y simbólico de los anhelos cumplidos. No obstante, el Cabildo de Gran Canaria ha anunciado que encargará un proyecto para potenciar la conservación en el área de exclusión de 400 hectáreas de este espacio natural protegido, uno de los enclaves medioambientales más singulares de Europa. Sería una pena emborronar esta nueva y perfeccionada obra. 

Maspalomas

Si la mirada se dirige hacia el interior y remonta las dunas, a lo lejos se perfila una fortaleza natural de montañas que también parecen ocultar secretos y milagros alumbrados durante las semanas donde la imaginación era lo único que podía viajar. En Maspalomas, el faro es el vigía y la referencia. En las alturas lo es el Roque Nublo. Su propia presencia es la confirmación de que hay elementos inalterables. También él se ha sumergido en un silencio donde los pinares se elevaban hacia el cielo, apuntalando el clamor de que queda #muchoporvivir.

Maspalomas

¿De dónde vienen las olas? Puede que después de todo la pregunta más importante sea hacia qué lugar se dirigen. Hay olas que no albergan ninguna duda. De manera segura, reiterada e incesante avanzan hacia la costa de Gran Canaria llevando con ellas la energía oceánica, relatos de marinos, leyendas de seres mitológicos de las profundidades y un mensaje de espumas que se reescribe una y otra vez sobre la orilla: queda #muchoporvivir.

Agaete

Son olas que han llegado y siguen llegando a litorales como el de Agaete, enclave que ha continuado mirando de frente a la vida con los ojos azules de sus charcos. Sus acantilados han sido además notarios de las luces de cada atardecer y con ello del tránsito de los días, porque cada día ha sido un día más, pero también un día menos. Las piedras de distintos colores de su costa han servido para llevar la cuenta.

Agaete

Las olas se amansan y adormecen en el sur absoluto, como si no quisieran quebrar la calma que se respira en las playas de Mogán y entraran en casa de puntillas. Aquí también llama a la puerta la vida en su plenitud, siguiendo el ejemplo inspirador de Gran Canaria y su naturaleza, siempre reconocibles e inéditas al mismo tiempo, sobre todo ahora que somos capaces de mirar con otros ojos. 

Mogán