La noche de Gran Canaria, el hogar de las estrellas
Gran Canaria renueva el certificado que declara Destino Starlight el territorio de la Reserva de la Biosfera de la Isla.
Gran Canaria sigue mirando al firmamento con ojos soñadores. Y lo hace con una pasión que se expande como el propio universo. La Isla ha renovado hasta 2025 el certificado que declara Destino Starlight el territorio comprendido dentro de la Reserva de la Biosfera. Este sello reconoce el compromiso con el astroturismo y en consecuencia con la protección de sus cielos nocturnos para que sigan siendo lo que son: una extraordinaria ventana a las estrellas a la que se asoman a diario personas de todo el mundo.
La decisión de la Unesco a través de la Fundación Starlight, organismo apoyado además por la Unión Astronómica Internacional y la Organización Mundial del Turismo, respalda la labor desarrollada en Gran Canaria desde 2018 para que la isla sea un referente internacional en la contemplación del infinito.
La orografía de Gran Canaria, los numerosos emplazamientos para la observación que ofrece entre los 600 y los 1.800 metros de altitud, la calidad de sus cielos y una situación estratégica que permite contemplar gran parte del cielo austral y constelaciones y objetos celestes invisibles en la Europa continental, hacen de ella una atalaya para echar a volar la mirada hacia otros mundos en escenarios naturales, que en muchas ocasiones también parecen propios de otro mundo.
Pero más allá de sus condiciones naturales, la Fundación Starlight ha sopesado el trabajo realizado por Gran Canaria en los últimos cuatro años para consolidar la práctica del astroturismo, con la ampliación y la diversificación de la oferta.
La piedra angular del astroturismo es la calidad de los cielos. En esta línea, el primer reto ha sido preservar las condiciones de observación de la bóveda celeste; el proyecto internacional EELabs del Instituto de Astrofísica de Canarias, evaluó la evolución de la contaminación lumínica en la Cuenca de Tejeda, corazón del Destino Starlight, para establecer medidas de mejora.
Entre otros ejemplos, también se ha disminuido la contaminación lumínica en el entorno del Pico de Las Nieves y de La Gorra, mientras que todo el alumbrado público del municipio de Artenara ha sido adaptado con un sistema de apantallamiento, lo que ha posibilitado la realización de actividades astronómicas en pleno casco urbano. El mimo para no cegar con luz artificial la visión del cielo nocturno ha llegado también a Veneguera, Tasartico o el casco de La Aldea.
En este tiempo, la isla ha consolidado su red de miradores astronómicos y a los ya existentes en Las Cañaditas y la Degollada de las Yeguas se han sumado los impulsados en La Aldea de San Nicolás, desplegados en el Paso del Marinero, La Sabinilla y la Cruz del Siglo. A esto hay que añadir la finalización de los estudios técnicos que posibilitarán la apertura de nuevos puntos para contemplar las estrellas en el Pico de las Nieves, Caldera de los Marteles, Pinos de Gáldar, Degollada de las Palomas, Presa de Hornos y Presa del Mulato, a los que se sumarán otros cinco en el entorno del barranco y playa de Tasartico, donde se encuentran los cielos más oscuros de Gran Canaria.
Uno de los hitos de estos cuatro años de andadura fue la inauguración en el Centro de Interpretación de Guguy, en Tasartico, del primer observatorio astronómico situado dentro del territorio Starlight de Gran Canaria, instalaciones que se sumaron al Centro Astronómico Roque Saucillo de San Mateo y al Observatorio Astronómico de Temisas, en Agüimes.
El sello Starlight ha servido de impulso para acercar la astronomía tanto a la población local como a turistas con actividades divulgativas y de observación, además de ser un acicate para proyectos emprendedores que ofrecen cada vez servicios de mayor calidad y cuyo único límite son las estrellas.
Se hace ahora el silencio. El sol ya es un tibio recuerdo, una promesa para el día siguiente. Se enciende el universo en la nocturnidad de Gran Canaria. Resulta imposible no alzar la mirada. Con sus pinceles de luz, los lejanos astros dibujan el más bello cuadro sobre el lienzo oscuro de la noche.
Estos cielos son los mismos que permitieron medir el tiempo a la sociedad prehispánica, cuyo legado es la base del Patrimonio Mundial del Paisaje Cultural de Risco Caído y las Montañas Sagradas de Gran Canaria, que comparte territorio con la Reserva de la Biosfera y es, por tanto, otra de las columnas sobre las que se apoya este Destino Starlight que brilla con luz propia desde 2018.
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