Pedro Santana Santana toca el saxo en la Banda de Agaete desde hace treinta y seis años. En su caso, la música es un asunto de familia. Su padre, Pedro Santana Medina, fue saxofonista de la misma formación musical desde los doce años y hasta que cumplió los ochenta. La historia familiar está escrita sobre un pentagrama.

La música interpreta un papel importante en esta historia. Este jueves, día 4 de agosto de 2016, tendrá lugar una nueva edición de una de las fiestas más multitudinarias e importantes de Gran Canaria y de Canarias: la Rama de Agaete.

Desde las cinco de la mañana, los sones de las Bandas Agaete, Guayedra y Las Nieves despertarán de su sueño a un gran bosque humano. Lo componen miles de personas que danzarán desde el alba y hasta el anochecer agitando ramas de árbol traídas para la ocasión desde el pinar de Tamadaba y otras zonas boscosas de Gran Canaria.

En el centro de esta gran ‘marabunta’ estará, como ocurre desde hace casi cuatro décadas, nuestro amigo Pedro Santana, al que se le ocurre un símil para explicar qué se siente al dejarse llevar por la marea humana de la Rama de Agaete. “Hay músicos que se sienten muy impresionados la primera vez que lo viven. En mi caso, yo todos los años me emociono cuando empezamos a tocar”, confiesa.

Cuando el bosque animado echa andar ya nada puede detenerlo. Olvídese de contemplarlo desde la orilla, como un simple espectador o espectadora. El bosque te arrastra con él y te sumerge en una fiesta que forma parte de la identidad y de la historia de Agaete y del conjunto de Gran Canaria. Venir a la Rama de Agaete es conocer mejor el corazón mismo de la Isla.

Entre los participantes se encuentran los custodios de la tradición. Se trata de las personas que mantienen viva la costumbre de subir la noche anterior hasta el pinar de Tamadaba, cuyos árboles observan la fiesta desde la cornisa del risco, para hacer acopio de ramas.

El destino final de las ramas es servir de ofrenda para la Virgen de las Nieves, cobijada en una pequeña ermita casi al pie de la costa, en el Puerto de Agaete. La Patrona está representada sobre un retablo, una joya de la pintura flamenca llegada a Gran Canaria en el siglo XVI. Su autor es el pintor holandés Joos Van Cleve (1485-1540), dos de cuyas obras, incluido un autorretrato, forman parte de la colección del Museo Thyssen-Bornemizsa de Madrid.

Esta pincelada artística debida a Van Cleve es sólo una más de las que dibujan el paisaje histórico y social de la Rama de Agaete, fiesta declarada de Interés Turístico que ha sido y es objeto de todo tipo de estudios. Pero, más allá de los papeles y las interpretaciones, la Rama supone una expresión de la intensa relación de Gran Canaria con sus tradiciones.

Así lo subraya también la catedrática de Antropología Social Carmen Ascanio Sánchez. “Existe una sensación de pertenencia de todos a la fiesta de la Virgen de Las Nieves y de la Rama”, concluye tras arduas investigaciones que incluyeron también expediciones a Tamadaba junto a los devotos y devotas.

Agaete aguarda estos días a los que desean ensanchar el horizonte de la palabra ‘fiesta’. La Rama es más. Es pasión en movimiento. Una vez allí, los asistentes quedan envueltos por la cadencia embriagadora e hipnótica de la música de la Banda de Agaete. Hasta los burgaos de los charcos y los cangrejos parecen seguir su ritmo. 

Y si usted afina la vista y el oído, verá a Pedro Santana Santana disfrutando del tremendo jaleo mientras las notas de su saxo contribuyen a guiar los pasos del bosque más humano que jamás se haya visto.

Bajada de La Rama (Fiestas de Las Nieves)
Lugar: Agaete
Fecha: 4 de agosto
Horarios:
05.00 horas, Diana con las Bandas de Agaete, Guayedra y Las Nieves.
22.00 horas, ‘Retreta’ o baile.
01.00 horas: Fuegos artificiales.

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