Medio siglo de aplausos en Gran Canaria
El Festival de Ópera de Las Palmas de Gran Canaria cumple cincuenta años con una programación de primer nivel mundial.
El final siempre es el mismo: los aplausos que llenan el aire como palomas revoloteando, los vítores y la admiración de un público maravillado. El Festival de Ópera de Las Palmas de Gran Canaria cumple este año medio siglo de historia, tiempo en el que ha sido un “pilar fundamental” para hacer de la ciudad una de las capitales europeas de la música, según explica con orgullo el actual director artístico del certamen, Ulises Jaén, un melómano que tiene un abono para cada temporada en el bolsillo desde los quince años.
Esta histórica temporada se desarrolla entre el 21 de febrero con la programación de la ópera de Donizetti Lucia di Lammermoor y el 24 de junio con la puesta en escena del Werther de Massenet. Entre medias, los aficionados y aficionadas podrán disfrutar en el Teatro Pérez Galdós de elencos de talla mundial que también darán vida en marzo y abril a La Favorite y La fille du Régiment, ambas de Donizetti, y al Rigoletto de Verdi en mayo.
“Hemos tenido mucha suerte a la hora de programar y contamos con grandes repartos. Además, en más de un caso viene a Las Palmas de Gran Canaria el mejor intérprete posible para esa ópera en concreto”, destaca el director artístico, que subraya también la labor llevada a cabo por los Amigos Canarios de la Ópera para mantener en pie año tras año una cita anual de tanto renombre.
El eco de la prodigiosa voz del fallecido Alfredo Kraus, uno de los grandes tenores del último siglo, sigue presente. Kraus participó en las dos primeras temporadas, una presencia que resultó crucial para “catapultar” el certamen, recuerda Jaén. Por eso los organizadores buscan siempre las mejores voces, porque su memoria no merece menos.
Después de cinco décadas, el Festival de Ópera de Las Palmas de Gran Canaria atrae a aficionados y aficionadas de distintos puntos de España y Europa, personas amantes de la música con mayúsculas que organizan sus vacaciones para disfrutar del sol y los paisajes de Gran Canaria durante el día y de la ópera por la noche.
“El público de ópera es muy viajero y sigue a sus figuras”, señala el director artístico, que creció escuchando música clásica en casa de sus padres, sonidos que se introdujeron en su cuerpo y en su alma y que no le han abandonado jamás, hasta convertirse poco a poco en su vida misma. Ulises Jaén vive para la música y ya es la única manera que conoce de interpretar el mundo y su propia existencia.
El día 21, para empezar, el tiempo se detendrá en el interior del Teatro Pérez Galdós de Las Palmas de Gran Canaria. No volverá a ponerse en marcha hasta que comience a danzar bajo las luces la batuta del director de orquesta italiano Marzio Conti para que comience a sonar la música del acto primero de Lucia di Lammermoor y nos traslade sin abandonar Gran Canaria al castillo de Ravenswood en la Escocia del siglo XVII.
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