Mercado de Gáldar, geografía del sabor
La Revoca o Mercado Municipal de Gáldar ofrece un festival diario para los sentidos en un edificio de marcado acento artístico.
Las rejas de la puerta de entrada a la Recova o Mercado Municipal de Gáldar son las mismas que tenía el recinto cuando se inauguró, en 1945, fecha desde la que se mantiene como gran punto de encuentro de los sabores, aromas y gentes de la comarca norte de Gran Canaria. El detalle del enrejado supone también un símbolo del fuerte vínculo con sus raíces de la ciudad galdense, que pone aquí a la venta de lunes a sábado los mejores productos de los campos y mares locales.
“La verdura es toda de aquí”, proclama con orgullo de mercader Víctor, que regenta el puesto llamado ‘El Colmado’, repleto como su propio nombre indica de productos que son una sinfonía de colores interpretada por las aromáticas manzanas de Guía, unas judías tiernas y sonrojadas de Gáldar, con tonos de atardecer de otoño, o granadas del Valle de Agaete, cuyos perfiles se atisban al norte. Aquí la alegría y el colorido están a la venta.
Pero la Recova de Gáldar es incluso más que un maravilloso tratado agrícola del noroeste de Gran Canaria. Entre sus muros habitan diversas muestras del notable legado artístico del municipio, representado en su caso por los murales de Diego Higueras que rinden homenaje al pintor Antonio Padrón o a la Cueva Pintada, una joya del arte prehispánico, y en las obras alegóricas sobre el mar y la tierra obra del escultor galdense Juan Borges Linares. El arte también ha dado buenas cosechas en Gáldar.
Todo posee un nombre y un apellido propios en el mercado. Por sus pasillos se exhiben la tienda de Benedicto, la Huerta de Cho Benito o la cafetería de don Antonio Brito, donde se escucha la radio a medio volumen mientras se lee el periódico, se toman sorbos cafés y otros hablan del tiempo o las noticias de aquí o de más allá. La escena se envuelve en el olor a cilantro, al pan recién hecho de Montaña Alta, a mangos de Mogán nacidos y crecidos bajo un sol casi perenne, a las calabazas gigantescas, a naranjas de Telde, aceitunas de Santa Lucía Tirajana o a higo indios de cualquier loma.
“Esto es pan de verdad”, señala con otro guiño orgulloso Vicky, que atiende con una amabilidad muy acorde a los productos que ofrece en su puesto de mieles de flores cumbreras, gofios de molino, mantecados, repostería de almendra, bizcochos de Moya o panes dulces de chocolate, manzana, pasta de guayaba o batata. Cerca, los hermanos Almeida despachan los afamados quesos de la zona, donde destacan los quesos de flor o de media flor de Guía e incluso uno muy particular y enigmático, el queso de medio tiempo, como una canción, “que ni es tierno ni es curado”, según explican sin explicar más, porque tampoco hace falta más con el aspecto tan suculento que tiene.
Saciados los sentidos, enfilamos la salida. Una de las columnas exhibe fotografías antiguas de equipos de lucha canaria y anuncia próximas verbenas populares, ferias del queso, agrícolas o del ganado. En una pared cercana, un reloj de hierro nos recuerda que sigue siendo una muy buena hora para continuar descubriendo Gáldar. Al salir, nos embriaga el aroma a grano recién molido de un café pegado en la Recova, una buena opción para recargar las pilas antes de adentrarnos en los múltiples atractivos de la localidad.
La vitalidad de Gáldar te lleva en volandas y encamina tus pasos hacia la Casa-Museo Antonio Padrón, su sorprendente Teatro Consistorial, el Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada o el Museo de Arte Sacro de la Iglesia de Santiago de los Caballeros. Además, diversos restaurantes ofrecen cartas donde se fusionan la tradición y la vanguardia, porque Gáldar quiere dejarte siempre un buen sabor de boca.
Horario:
De lunes a sábado de 07.00 a 14.00 horas.
Los viernes abre por la tarde, de 16.00 a 19.00 horas.
Dirección:
C/ Capitán Quesada, 29. Gáldar
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