Las carajacas son uno de los platos de nuestro recetario que más le gustan. Pero cada vez que visita la isla aprovecha para comer papas arrugadas con mojo, pulpo (ya sea en ropavieja o en salpicón) y seguir descubriendo cosas nuevas.

“Si no hubiese sido cantante, hubiese sido cocinero”, reconoce el artista, quien asegura además que adora preparar en casa platos de cuchara como el puchero, la fabada, las lentejas y las papas con chocos. Pitingo (que significa “presumido” en calé) ve la cocina como un medio para expresar su creatividad y relajarse. “La cocina, como la música, no tiene fronteras y es una manera de fomentar la interculturalidad, de conocernos mejor los unos a los otros; mezclarnos más sin criticarnos, sino con el afán de aprender del otro”, explica el autor del disco Mestizo y fronterizo.

Pero Mestizo y fronterizo es mucho más. Es un canto y una contribución a la mezcla de culturas, a la reflexión en torno a ellas y a viajar para abrir la mente. Pero también es un espectáculo con mayúsculas para toda la familia y toda una puesta en escena de la riqueza de la mescolanza de razas. “He viajado desde que era muy joven por todo el mundo y he aprendido muchísimo de las personas con las que he convivido. Siempre mi intención ha sido acercarme a través de la música a todo tipo públicos y tener en el escenario a personas de todas las partes del mundo. Yo mismo soy mestizo y llevo la fusión en la sangre”, explica el artista.

Pitingo siempre está dispuesto a venir a Gran Canaria, adora su clima, su gastronomía y su gente, por lo que cuando se sube al escenario todos estos sentimientos se notan. “Agradezco mucho el cariño que me transmiten, por eso siempre estoy deseando volver”.

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