Secretos del Belén de Arena de Las Canteras
La arena no distingue de qué lugar vienen los pies descalzos que la recorren. Y las olas que llegan a la orilla hablan un lenguaje que todo el mundo entiende, sea cual sea su idioma. La brisa y la blanca espuma disuelven al menos momentáneamente cualquier diferencia. Por eso Gran Canaria construye su Navidad sobre la playa con un Belén de Arena efímero que entraña un mensaje universal y eterno.
Las manos de diez artistas de ocho nacionalidades han dado cuerpo y alma al Belén de Arena de Las Canteras, único de sus características en el mundo durante estas fechas y cita ineludible de las fiestas navideñas desde 2006. La iniciativa es también un símbolo de la capacidad humana para unirse, alumbrar belleza y también solidaridad, volcada en esta edición en la población de la isla vecina de La Palma por los efectos del volcán.
El Belén de Arena le da la vuelta al mito de la Torre de Babel y completa con éxito una obra que recibe más de 200.000 visitas cada año. Las personas que han esculpido la arena dorada de Las Canteras han llegado de lugares tan dispares como Canadá, Irlanda, Estados Unidos, Holanda, Francia, Letonia, Portugal y Canarias, pero durante semanas se han comunicado con el lenguaje universal del arte para hacer realidad una obra que ocupa 1.500 metros cuadrados y que ha requerido movilizar 2.000 toneladas de arena y muchas más de talento y dedicación.
La propuesta de este año llega doblemente cargada de vida y simbología, pues el bebé casi recién nacido de la artista letona Sanita Ravina, autora de la escultura que representa el cultivo del plátano, sirvió de modelo para el Niño Jesús de este Belén de Arena cuyo recorrido se abre con la representación de la alfarería, el pastoreo y la elaboración de queso en Gran Canaria con esculturas del portugués Rodrigo César de Magalhaes y el holandés Johannes Christolfel.
La imprescindible escena de La Anunciación lleva la firma del irlandés Fergus Mulvany y el Portal y la Adoración de los Reyes son obra de la canadiense Karen Jean Fralich y la estadounidense Sue Mac Greu. Por su parte, el también canadiense Guy-Oliver Devenueau ha puesto su sello en el homenaje al alumnado y profesorado que perdió sus escuelas bajo la lava en la erupción volcánica en la isla de La Palma.
Los artistas canarios Paco Arana y Bentejuí Ojeda también han contribuido a este universo de arena con La Fuente, un espacio destacado en la zona central del Belén de Arena. Por último, el Belén cuenta como cada año con la recreación de un edificio emblemático de Las Palmas de Gran Canaria, en esta ocasión el Auditorio Alfredo Kraus modelado por el francés Benoit Dutherage.
Es curioso. Artistas de lugares diversos arriban cada año a la costa de Gran Canaria con un mismo fin, es decir, volcar su arte y su corazón sobre el arenal de Las Canteras mientras la gente pasea o entra y sale del mar que bulle a escasos metros de la gran obra, una especie de duna que crece y se mueve movida por el aire de la Navidad. Es la llamada del Belén.
El brillo del Belén de Arena y del árbol navideño del Paseo de Las Canteras se prolonga mucho más allá de la bahía de la ciudad gracias a que decenas de miles de personas las comparten en sus redes sociales, además de por el eco en los medios internacionales como el periódico The Times, la cadena CNN o la revista National Geographic de esta Navidad distinta, tibia, levantada con montañas de cristales de oro que brillan bajo el sol y donde la nieve es sustituida por la espuma del Atlántico.
Datos prácticos
Apertura: Del 3 de diciembre de 2021 al 7 de enero de 2022
Horario general: de 10:00 a 22:00
Días con horario especial: 24 y 31 de diciembre y 5 de enero, de 10:00 a 20:00
Localización: Plaza de Saulo Torón, Playa de Las Canteras (zona de La Puntilla)
Los donativos serán destinados a los Comedores Sociales de la ciudad.
Web: www.belendearena.es
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