22/12/2017
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Playas
La playa de Amadores, en Gran Canaria, garantiza tranquilidad en un lugar donde cada toalla extendida es una conquista de la buena vida.
Hoy ya nadie lo hace, pero existen crónicas que indican que los antiguos habitantes de la zona subían en ocasiones hasta lo alto de la montaña de Amadores (identificada en algún plano antiguo como de ‘Llamadores’), al final del barranco del Lechugal, para dar aviso a voces a los marineros. En la actualidad sí es posible contemplar todavía el paso tranquilo de los barcos pesqueros que entran y salen de los puertos de la costa de Mogán, municipio donde se cobija la aterciopelada playa de Amadores, la playa donde ahora ya sólo se habla y se susurra.