21/09/2018
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Playas
Las mareas y las olas son las únicas que marcan las horas y los minutos en la playa de las Salinetas, en Gran Canaria.
El tamboril merodea por los fondos arenosos próximos a la playa de las Salinetas (Telde, Gran Canaria), su particular despensa. Si se siente amenazado, este pez arenoso se infla como un globo para aparentar ser más de lo que en realidad es, al menos físicamente. En la orilla, en cambio, los veraneantes no tienen nada que temer y su única preocupación es decidir qué restaurante elegir para comer o si prefieren darse otro chapuzón en las aguas de cristal, dormitar o leer un par de páginas más del libro. Así de complicado es un día en Salinetas.