26/09/2017
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Cultura
La sidra, la gastronomía, la música y las tradiciones se dan la mano en las fiestas de la Encarnación y la Manzana de Valleseco.
Los manzanos echaron raíces al mismo tiempo en la historia que bajo el fértil suelo de Valleseco, en el corazón verde de Gran Canaria. Todo comenzó en 1858, cuando el entonces alcalde, Vicente Suárez Rodríguez, se decidió a recuperar los terrenos baldíos del municipio con frutales para ponerle freno a la erosión. El Gobernador Civil provisionó al ayuntamiento con ejemplares de manzana reineta que se encontraron como en casa en unas laderas acariciadas por los vientos alisios, brisa que mantiene los niveles óptimos de humedad que precisa el manzanero, como se suele denominar al árbol en la zona.