Ir al principio

Blog Oficial de Turismo de Gran Canaria

El relojero Pedro Macías en el barrio de Vegueta

El templo del tiempo en Gran Canaria

El taller del relojero Pedro Macías en el barrio de Vegueta de Las Palmas de Gran Canaria supone un regalo para los sentidos.

De niño había en su casa un precioso reloj de pared de fabricación americana y más de cien años de antigüedad, que es mucho tiempo incluso para un reloj. Cuando se quedaba solo le gustaba manejarlo, escudriñarlo y auscultarlo para escuchar cerquita su latido, aquel tic-tac de corazón metálico. Tanto se enredó entre sus manecillas que finalmente Pedro Macías Falcón se hizo relojero, aprendiendo los trucos del oficio en el taller de un pariente, José Henríquez. Aunque aquello se parecía más bien a un reino mágico de cuerdas, áncoras, suspensiones y minuteros en la tranquilidad de Tenoya. 


La tenista Carla Suárez en Gran Canaria

Gran Canaria según Carla Suárez

La tenista de élite Carla Suárez nos hace algunas recomendaciones para disfrutar al máximo de Gran Canaria, su isla natal.

Mucho antes de la hierba de Wimbledon y de la tierra batida de Roland Garros estuvo la arena de Las Canteras, la playa favorita de la tenista de élite Carla Suárez. “Es increíble poder tener una playa así en el corazón de Las Palmas de Gran Canaria. Allí he pasado gran parte de mi infancia”, recuerda la deportista cuyos pasos infantiles se pueden buscar también en la Plaza de Santa Ana, frente a la Catedral, corriendo tras palomas que se alzaban al aire como sueños. El suyo se hizo realidad y la convirtió en jugadora del circuito profesional internacional.


Puerto y Playa de Mogán, en Gran Canaria

Playa de Mogán, el tiempo es azul

La playa y Puerto de Mogán, en Gran Canaria, integran un espacio feliz y casi anfibio donde parece que han tirado el reloj al mar.

Ha sido así desde que hay memoria. Los pescadores y el sol siguen las mismas pistas para arribar a este punto costero. Una de ellas es una roca a la que los marineros dieron en virtud de su forma el nombre de ‘piedra picúa’, convertida hoy en una escultura a medio camino entre la playa y el Puerto de Mogán. Juntos conforman uno de los enclaves imprescindibles del fascinante litoral de Gran Canaria. Cuando vea la ‘piedra picúa’, deténgase, como parece que hace aquí el tiempo.


Vistas desde la Catedral, en Vegueta

Gran Canaria, el cielo no está tan lejos

Subir a lo alto de la Catedral de Santa Ana, en Las Palmas de Gran Canaria, ofrece una visión panorámica e ilustradora de la ciudad.

Menos de dos minutos bastan para llegar al cielo. Tan sólo hace falta pagar un euro y medio, coger un moderno ascensor durante unos veinte segundos y, a continuación, subir los cincuenta y cuatro escalones que conducen a lo alto de la torre sur de la Catedral de Santa Ana de Las Palmas de Gran Canaria, monumento religioso con el que la ciudad llama a la puerta de las alturas.


Vista de la Iglesia Parroquial de San Juan Bautista de noche

Las piedras hablan de nuevo en Arucas

Tradición y presente se funden en el Hotel Emblemático Arucas de Gran Canaria, una casa centenaria restaurada.

La primera piedra de la Iglesia de San Juan Bautista de Arucas, uno de los edificios históricos más importantes de Gran Canaria, se colocó en 1909. Existe constancia de que se tomó una fotografía de los trabajos para su construcción desde la azotea de una vivienda  situada a treinta metros del edificio religioso. Es decir, esta casa centenaria ya estaba en pie antes de que se levantara la que muchos, por su porte, llaman ‘catedral’.


Vista de Valleseco

Sinfonía de la manzana en Valleseco

La sidra, la gastronomía, la música y las tradiciones se dan la mano en las fiestas de la Encarnación y la Manzana de Valleseco.

Los manzanos echaron raíces al mismo tiempo en la historia que bajo el fértil suelo de Valleseco, en el corazón verde de Gran Canaria. Todo comenzó en 1858, cuando el entonces alcalde, Vicente Suárez Rodríguez, se decidió a recuperar los terrenos baldíos del municipio con frutales para ponerle freno a la erosión. El Gobernador Civil provisionó al ayuntamiento con ejemplares de manzana reineta que se encontraron como en casa en unas laderas acariciadas por los vientos alisios, brisa que mantiene los niveles óptimos de humedad que precisa el manzanero, como se suele denominar al árbol en la zona.