Hay un momento en el día, cuando languidece la tarde y la luz, que hace que todo lo que vemos a través del objetivo de nuestra cámara parezca mágico. A este momento se le llama la hora dorada. Justo después surge la hora azul, que es cuando desaparecen los tonos amarillos y anaranjados y asoman, como por arte de magia, tonalidades rosadas que se funden posteriormente con un color azul intenso.
La isla de Gran Canaria nos ofrece múltiples y variados rincones donde poder disfrutar de esta sinfonía de colores.