La red de miradores astronómicos de Gran Canaria permite disfrutar de las excelentes condiciones de la Isla para observar las estrellas.
Frank nació en un lugar de Gran Canaria donde el firmamento es una extensión más de la vida y forma parte de la cultura, la historia y el lenguaje. Porque aquí se dialoga con los cielos. Nacido en San Mateo, creció en el pago de Cueva Grande, en la cumbre insular, donde el ser humano y lo infinito parecen darse la mano. “Yo tengo conciencia de mirar al cielo desde muy chico, con cuatro o cinco años”, recuerda este docente apasionado de la astronomía cuya memoria es una especie de sistema planetario donde orbitan y coexisten celebraciones familiares y eclipses de luna.