La zona de Bañaderos, en el norte de Gran Canaria, se encuentra a una enorme distancia de las prisas del día a día.
“¡Mira, ya se han puesto contentos!”. El niño se refiere a los peces que se alimentan de las migas de pan que acaba de lanzar al agua y que han desaparecido en apenas segundos. Lo único que se ve ahora bajo el transparente lienzo marino es a un grupo de cabosos, lisas y demás pececillos expectantes. Pero el muchacho ya ha regresado con sus padres, que se olvidan del reloj en el amplio solárium de más de dos mil metros cuadrados que se extiende al borde de las piscinas naturales Los Charcones, en Arucas, en la asombrosa costa norte de Gran Canaria.