Ir al principio

Blog Oficial de Turismo de Gran Canaria

Dunas de Maspalomas

Las Dunas de Maspalomas bailan en silencio

Cada amanecer es la primera escena de un nuevo día. Prácticamente nada altera el sueño nocturno de las dunas de Maspalomas, en el sur de Gran Canaria. Las montañas de arena despiertan entrelazadas, envueltas en sus propias mantas de seda. Los primeros rayos del sol inciden directamente sobre sus crestas y hacen desaparecer como por arte de magia a las últimas sombras.


Playa de Anfi, Mogán

Anclados en la playa de Anfi, en Mogán

La calma impera en esta playa de Mogán, al sur de Gran Canaria.

El viento aguarda a que alguien despliegue las velas para impulsar de nuevo a la embarcación por las aguas mansas del sur. El tímido rebaño de nubes blancas que pasta en la cálida bruma del horizonte recuerda que también existe un norte. La playa de Anfi, en la desembocadura del Barranco de la Verga de Mogán, es ahora un escenario de arenas doradas y aguas de color turquesa levemente agitadas por un compás de espera.


Playa de El Perchel, Arguineguín

La vieja calma, el nuevo Perchel

La Playa de El Perchel, en Arguineguín, acrecienta su atractivo tras la remodelación de su entorno y los nuevos servicios.

La calma se baña cada día en el mar de Arguineguín, en la costa de Mogán, al sur de Gran Canaria. La tranquilidad de estas aguas resulta contagiosa. Se adhiere a la piel, como el suave salitre. Este efecto se observa también en el ritmo pausado de las personas que entran y salen del océano. O en las conversaciones al ritmo de las olas en el paseo. “Hoy está la marea para pescar”, refrendan los vecinos, sentados en el banco, mientras contemplan el inmaculado espejo azul que se extiende ante ellos. Así es. De hecho, al filo de las once de la mañana comienza el lento goteo de regreso al muelle de los barcos artesanales.


Sardina del Norte, Gáldar

Pasos invisibles en Sardina de Gáldar

Caminar por el renovado paseo de la localidad del litoral norte de Gran Canaria no deja huella, pero sí un recuerdo imborrable.

No hay pasos perdidos en el renovado paseo de Sardina de Gáldar, en la costa norte de Gran Canaria. Basta con dejarse llevar. Se llegará siempre al lugar adecuado en el momento preciso. Porque en Sardina no existen las prisas. Y no precisamente porque no sepa medir las horas, pues hasta el tiempo desembarcó literalmente en este litoral guarecido de los embates del Atlántico. Al viejo Puerto de Sardina arribaron los barcos que trajeron a bordo las campanas y el reloj de la Iglesia de Santiago, levantada tierra adentro, en la cabecera del municipio.


Atardecer en Arinaga, Agüimes

Playa de Arinaga, el teatro marino

La Playa de Arinaga, en Gran Canaria, invita a disfrutar de la vida junto a un mar que nunca baja su telón azul.

Antaño, en Arinaga, los días se abrían con el sonido de las profundidades. Literalmente. Muy temprano, en ocasiones poco después del alba, los pescadores anunciaban su regreso a tierra haciendo sonar los bucios, las grandes caracolas que pueblan los fondos marinos del lugar. Lo hacían horas después de partir con sus barcas de remo para probar fortuna en las cristalinas y pródigas aguas de esta parte del litoral de Gran Canaria.