03/08/2018
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Cultura
El Mercado de Vegueta de Las Palmas de Gran Canaria despliega ante el visitante un pedazo de aromática realidad.
“Son ocho euritos, señora. Le pongo el pescado en dos bolsas y se va usted tranquilita. Que tenga buen día...” Las palabras afables, la maqueta en madera de un barco que cuelga de un lateral y el producto vistoso y fresco de una de las pescaderías empiezan a hablar del Mercado de Vegueta de Las Palmas de Gran Canaria nada más entrar en sus centenarias instalaciones. El espacio, más allá de un colorido muestrario de maravillas, le abre al visitante una puerta que da acceso a una especie de teatro que, sin embargo, es un auténtico pedazo de aromática y bulliciosa realidad.