Nuestra visita por el municipio de Arucas se extenderá, aproximadamente, durante unas tres horas. Le recomendamos que, de hacerla por la mañana, sea de 9.30 a 12.30 horas, horario de apertura de la Iglesia de San Juan Bautista…
Historia del lugar: Las referencias históricas sobre esta ciudad se remontan a finales del siglo XV, a 1479, cuando los conquistadores destruyeron el poblado prehispánico de Arehucas. Al término de la conquista de Gran Canaria tuvo lugar el reparto de tierras y aguas de esta localidad con importantes recursos hídricos y en los albores del siglo XVI, se fundó el municipio, con el nombre de Arucas. Sobre 1572 se creó el Mayorazgo de Arucas, que rigió hasta mediados del siglo XIX la actividad socioeconómica de la ciudad, basada fundamentalmente en el cultivo de la caña de azúcar.
Las desamortizaciones acabaron con el mayorazgo en 1859 y el reparto de tierras que implicó originó una nueva etapa de gran prosperidad económica y de desarrollo agrícola y urbano. Se construyó entonces la red de acequias, cantoneras y embalses. Se roturaron nuevas tierras y se sucedieron las etapas de monocultivo de la cochinilla, la caña de azúcar (un segundo ciclo) y el plátano. Es entre finales del siglo XIX y principios del XX cuando el casco urbano de Arucas se consolida tal y como lo conocemos hoy, al tiempo que de villa se transforma en “ciudad”, por Real Decreto de la Reina Regente María Cristina en 1894.
De la prosperidad de la zona nos habla la profusión del uso de la piedra de cantería gris de la zona en sus fachadas, que adquiere su máxima expresión en su iglesia de estilo neogótico.
Y tras este breve resumen histórico de Arucas, le recomiendo que visite la Oficina de Información Turística, ubicada en el casco histórico. En ella podrá ampliar toda la información del municipio y de los monumentos que vamos a visitar. Ahora comencemos juntos nuestro recorrido
El casco de Arucas es de color gris vivo, el color de la piedra viva y brillante de sus canteras, aunque popularmente se la conoce como la “piedra azul”. La visita al casco está marcada por la presencia de esta piedra. Comencemos visitando la iglesia y la plaza de San Juan. La Iglesia de San Juan Bautista, la joya arquitectónica de la ciudad, se encuentra junto al aparcamiento.
Iglesia de San Juan
Esculpida en piedra por los maestros labrantes de la ciudad. Comenzó a construirse en 1909 y el toque final a su torre principal se le dio en 1977, aunque desde 1917 se abrió al culto. El exterior impresiona desde cualquier ángulo, por el trabajo que se aprecia en la piedra; pero no renuncie a verla por dentro, entre las 9.30 y 12.30 horas, o por la tarde, entre las 16.30 y 18.00 horas. Yo le acompaño.
En el interior de esta Iglesia puede obervar columnas y capiteles finamente labrados, y admirar al mismo tiempo el esplendor de sus cristaleras francesas, así como obras del pintor canario Cristóbal Hernández de Quintana (1659-1725) y el Cristo Yacente del escultor aruquense Manolo Ramos (1898-1971). Dedique unos minutos a ver con detenimiento estas obras. Seguiremos nuestro paseo tras encontrarnos a la salida de la Iglesia, en su fachada norte.
Plaza de San Juan
Ante la fachada norte de la iglesia se extiende la plaza de San Juan, antiguo centro urbano de la ciudad. Hoy es un escenario en torno al que se nos ofrece una imagen de la evolución arquitectónica de la ciudad y una muestra de la arquitectura tradicional canaria. Conviven en este lugar edificaciones de cuatro siglos, que van desde el XVII hasta principios del XX. Además de la iglesia, sobresalen cuatro casas. Desde esta puerta de la iglesia encontramos primero, si se gira a la izquierda, la casa más antigua de las cuatro, la Casa Parroquial o Casa del Cura, del XVII. Justo frente a la fachada de la iglesia se sitúa la Casa Granado Marrero, de principios del XX. A su derecha, hay dos: la Casa de Rafael Ponce de Armas, del siglo XIX, y la Casa de Barbosa, del XVIII. La primera presenta arcos de medio punto en las ventanas superiores y la segunda es reconocible por la simetría de los elementos de su fachada, la disposición de puertas y ventanas entre dos grandes pilastras y su balcón de hierro forjado.
Continuemos nuestra visita tomando un lateral de la iglesia y acercándonos a la pequeña calle Gourié (no se confunda con la calle Francisco Gourié, paralela al Parque Municipal).
Casa de la cultura
Esta calleja desemboca en la calle de León y Castillo, pero antes de terminarla nos encontramos la Casa de la Cultura, un edificio tradicional canario del siglo XVII en torno a un patio canario. Se puede visitar su interior, donde destaca el corredor de columnas de madera con basas de piedra.
Recorra la calle con tranquilidad y disfrutando de su ambiente. Yo le espero al final de su recorrido, donde se abre ante sus ojos la plaza de la Constitución.
Plaza de la Constitución
La Plaza de la Constitución fue restaurada en junio 2006, y está localizada junto al edificio de las Casas Consistoriales, que se sitúa a su derecha; si mira a su izquierda, verá el antiguo mercado; y la Casa Gourié o Museo Municipal, al frente.
Las Casas Consistoriales datan de 1875. Su fachada principal se caracteriza por sus cinco arcos de medio punto en cada piso, entre cuerpos ciegos. Los vanos quedan delimitados por pilastras que forman hexágonos en la parte interna.
El antiguo mercado, el segundo que se construyó en las islas orientales después del de la capital grancanaria, se abrió al público en 1882. La fachada principal consta de tres portadas Ha experimentado diversas restauraciones. La última, lo ha dotado de un aparcamiento subterráneo.
Museo Municipal
El Museo Municipal es la antigua casa del Mayorazgo de Arucas. Data de principios del siglo XIX y fue adquirida hacia mediados del mismo siglo, tras la disolución del mayorazgo, por Alfonso Gourié Álvarez, fundador de la Fábrica Azucarera y Destilerías de San Pedro, la primera fábrica de ron. Hoy alberga salas de exposiciones, museo y oficinas.
Si quiere hacer una parada en el Museo hágala, que yo me volveré a encontrar con Usted junto a la Casa Gourié, donde se despliega el Jardín Municipal.
Jardín Municipal
El Parque o Jardín Municipal es un espacio de 7.029 metros cuadrados que formó parte en el pasado del jardín de la casa y que ha sido centro de ocio y paseo de los aruquenses durante años. Conjuga armónicamente áreas pavimentadas y arboladas, con gran cantidad de plantas ornamentales de todos los continentes, en una combinación de jardín inglés y versallesco. Ofrece unas admirables vistas que abarcan desde la cara oeste de la Montaña de Arucas y se pierde sobre la costa del municipio. Destaca en primer plano el palmeral cercano al parque con los campos de plataneras como telón de fondo. El agua juguetea en las fuentes y la red de acequias que lo adornan y nutren. Esta red y la cantonera situada en el acceso al parque que está enfrente del edificio de la Heredad de Aguas de Arucas y Firgas, construido en 1909, coronado por una torre con reloj que servía para medir la distribución de agua y que constituyen perfectas muestras de las infraestructuras hidráulicas tradicionales que alimentaron la agricultura de la zona.
Y aquí, finalizamos nuestro recorrido por el casco antiguo de Arucas, aunque le recomiendo que continúe su ruta por otros lugares de interés como la Fábrica de Ron Arehucas, el Museo de La Cantera, los Jardines de la Marquesa o la Montaña de Arucas con sus magníficas vistas.
Fabrica de Ron y Museo de la Cantera
La Fábrica de Ron y el Museo de La Cantera están, próximos al casco, a unos 500 metros.
La fábrica, fundada en 1884, permite la visita a sus instalaciones, como la bodega, las salas de control, la embotelladora y finalmente la sala de degustación.
El origen de la cantera se remonta al siglo XVI y también dispone de un museo para explicar al visitante el trabajo de la piedra y el oficio de labrante. Dispone de tienda de recuerdos hechos en piedra.
Y no quiero terminar sin recomendarle que se dirija a la Montaña de Arucas, pero en coche. Esta visita nos permite en un día claro observar no sólo la vega de Arucas, sino también gran parte del norte y centro de la Isla.
Yo me despido y espero que haya disfrutado de un agradable paseo en mi compañía. No quiero dejar de recomendarle que continúe visitando con nosotros otros rincones de la isla de Gran Canaria. Le sorprenderán