Consiste en levantar un arado, que en ocasiones puede llegar a pesar cien kilos, hasta una posición vertical.
Otra variante del mismo consiste en levantar el arado y mantenerlo en posición semi horizontal, y realizar un giro de 380 grados mientras el levantador está en cuclillas, apoyando el timón en sus muslos. En ocasiones el arado se mantiene levantado en vertical apoyado en la barbilla del deportista, en la boca, en la palma de la mano o estando de espaldas en el suelo.
Para elevar el arado, se coge con las manos por el extremo llamado timón, que mide algo más de cuatro metros, fijando bien las piernas en el suelo en dirección al arado. Se inicia el levantamiento inclinándose el deportista hacia atrás para contrapesar su cuerpo en relación al arado hasta llevarlo en posición horizontal a la altura de la cadera para, a continuación, impulsarlo hasta la vertical, sosteniéndolo en equilibrio. En esta posición, según el dominio del levantador, se hacen algunas de las variantes descritas. La bajada, quizás la parte más delicada, se hace muy lentamente mostrando el arado al público y en ocasiones, teniéndolo a media altura, girándolo a su alrededor antes de depositar muy suavemente el yugo y demás peso que se le haya puesto, en el suelo, sin caídas bruscas.