Moya dispone de un patrimonio cultural y natural que es recomendable visitar. Los yacimientos Cueva de Doramas o las de la Montañeta, constituyen los bienes arqueológicos más destacados.
Pero, además, un paseo por Moya no puede pasar por alto los edificios emblemáticos de la villa. Entre ellos cabe destacar la Iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria, la Casa Museo Tomás Morales, la Heredad de Aguas o la Ermita de San Bartolomé de Fontanales.
La Iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria cuelga sobre los riscos que se precipitan sobre el Barranco de Moya. Inaugurada en 1957, está dividida en tres naves, con dos torres adosadas y destaca un amplio rosetón en la fachada principal.
Frente a la iglesia se sitúa la casa natal del poeta Tomás Morales, que nace en esta villa en 1884. En la Casa-Museo se conserva y expone una amplia colección patrimonial que agrupa el fondo documental del poeta, la biblioteca y una rica y variada colección pictórica ligada a la figura del máximo exponente del Modernismo Español.
El edificio de la Heredad de Aguas es otra pieza de singular belleza, realizada en piedra basáltica. Consta de dos plantas y fachada simétrica, que cuenta además con una espadaña central con reloj en el campanario. Destacan sus seis columnas neoclásicas en la fachada del edificio que, a su vez, sostienen una cornisa que sirve de coronación a la segunda planta.
La Ermita de Fontanales, constituye uno de los inmuebles más interesantes de la arquitectura religiosa popular. Fue construida en 1872 bajo la advocación de San Bartolomé. La imagen del patrón se conserva actualmente en la iglesia nueva, y es obra del escultor José Luján Pérez (1753 - 1815).
Pero si la visita se extiende al entorno natural, Moya ofrece una de las mejores oportunidades para apreciar las construcciones rurales como casas tradicionales (de tejas árabes o francesas) a dos aguas, bancales, cadenas de cultivos, alpendes, eras o estructuras hidráulicas como acequias, canales, acueductos, cantoneras o molinos.
El 65% de la extensión del municipio está considerado Espacio Natural Protegido. En el Parque Rural de Doramas destaca la Reserva Natural Especial de Los Tiles, uno de los últimos reductos de laurisilva de la Isla cuyo nombre toma por la abundante presencia de esta especie: el Til (Ocotea Foetens). Es punto de visita obligada para los numerosos botánicos que llegan a Gran Canaria, por la espectacularidad y variedad de flora y fauna, y por la multitud de endemismos de alto interés científico.
La costa de Moya, con una extensión de 4,22 km, cuenta con las playas de La Caleta en el Altillo y las piscinas naturales de aguas transparentes aptas para el baño la mayor parte del año del Charco de San Lorenzo. En la Playa de La Caleta, utilizada todo el año por surferos de toda la isla por las excelentes condiciones que posee, se celebra cada año, a principios de noviembre, un Festival Internacional de Longboard, en el que se dan cita deportistas de distintas nacionalidades.
La Villa de Moya se ha constituido como uno de los enclaves de Gran Canaria en donde la actividad artesana se desarrolla con mayor tradición. El visitante dispone de una oferta artesanal importante. Los artesanos que abren sus talleres casi a diario para vender su producción.
Como trabajos destacados en el municipio podemos señalar la cestería de caña y pírgano, la confección de trajes tradicionales, calados, instrumentos musicales de cuerda tradicionales en Canarias como es el timple, y numerosos trabajos realizados en madera, piel o hierro.
Alternándose con estos trabajos de artesanía tradicional, cabe resaltar nuevos productos artesanos como es el caso de jabones y perfumes elaborados con productos naturales de la zona.
La oferta gastronómica de Moya garantiza a todos sus visitantes una variedad de platos que, según la zona, incluyen como ingrediente principal, carne o pescado.
En Fontanales, dado la actividad ganadera de la zona, se sirven humeantes platos a residentes y visitantes, destacando los potajes, un plato de cuchara donde el ñame no falta entre los ingredientes, y las carnes a la brasa bien condimentada con salsas, especialmente de cabra y vacuno. Productos como los quesos de las medianías y zona alta del municipio, son muy apreciados por su variedad y cuidada elaboración.
Sin embargo, en la zona de la costa sus restaurantes se han especializado en el pescado. La variedad de especies que se capturan en esta zona permite ofrecer al visitante parrilladas de todo tipo de pescados, blanco y azul.
Pero realmente, es la repostería donde Moya se identifica. Aquí se encuentran las industrias artesanas de bizcochos lustrados y suspiros, típicos del lugar, y otras dedicadas a la elaboración de roscos de limón, bollos de anís y truchas, unos dulces también muy populares en el archipiélago. Cada domingo, el Mercadillo abre sus puertas para ofrecer lo mejor de los productos locales.
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Alojamiento en: Moya
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