El Mulato presenta cielos despejados gran parte del año. Aproximadamente cuenta con un mínimo de 300 noches anuales hábiles para la observación del cielo.   Presenta el típico tiempo de medianías, fresco y húmedo en invierno, templado y húmedo en primavera y otoño, y más seco y cálido en verano. Al encontrarse en la vertiente Suroeste de la isla y protegido por crestas y barrancos, los vientos Alisios rara vez afectan de manera directa a la zona, estando más protegido que otros miradores más expuestos hacia el norte.

La temperatura media nocturna en invierno es de 15ºC aunque puede descender a valores estimativos entre 8ºC y 10ºC. En verano la media nocturna se sitúa en torno 23ºC.  Su especial orientación y situación en las medianías del sur hacen que su temperatura sea cómoda durante todo el año, siendo un gran reclamo para observadores del norte o nórdicos acostumbrados a observar bajo gélidas temperaturas y por su cercanía a los principales núcleos turísticos del sur y suroeste de la isla.

Los altos de Mogán son un espectacular paraje para observar el cielo nocturno. Las noches sin Luna te sorprenderán por su oscuridad y la cantidad de estrellas que pueden verse a simple vista. En verano la zona central de la Vía Láctea serpentea sobre la Montaña de Tauro, ofreciendo desde el mirador una excelente panorámica para los amantes de la fotografía astronómica, con el casco urbano del municipio de Mogán iluminando sutilmente el valle.

El orto lunar es un espectáculo para los sentidos desde este punto. No será visible al quedar el horizonte este escondido tras las montañas, sin embargo podremos ver como a medida que nuestro satélite va ganando altura, su luz va descubriendo las imponentes degolladas y riscos que rodean el entorno.

El cielo austral desde este lugar tiene un especial protagonismo ya que la orientación Sur del mirador lo convierten en un especular observatorio natural hacia dicho horizonte. Constelaciones invisibles desde Europa continental, pueden observarse barriendo el horizonte sur, entre ellas la famosa Cruz del Sur, la estrella Canopus y objetos de cielo profundo como W Centauri ganan suficiente altura para ser observados con garantías.

La constelación de Scorpius es una de las más espectaculares del cielo. Domina el valle de Mogán entre primavera y finales de verano. Su sugerente silueta también puede confundirnos con un caballito de mar. Su principal estrella, Antares, también conocida como el corazón del Escorpión es una supergigante roja a poco más de 500 años luz de la Tierra.

Nuestra perspectiva al cosmos cambia debido al movimiento de La Tierra alrededor del Sol y cada estación muestra un cielo diferente con estrellas y constelaciones características. La especial situación geográfica de Gran Canaria y en especial del Mirador de Los La Caldera de los Marteles, permite observar a lo largo del año todas las estrellas del Hemisferio Norte y casi un 80% del Hemisferio Sur celeste. El cielo de invierno está protagonizado por la brillante estrella Sirius, la espectacular constelación de Orión y el cúmulo abierto de las Pléyades o las Siete Hermanas en Tauro. En la época estival la zona central de la Vía Láctea se levanta muchos grados sobre el horizonte Sur y el famoso triángulo de verano formado por las estrellas Vega, Deneb y Altair dominan la parte alta de la bóveda celeste. La primavera nos ofrece constelaciones menos brillantes, pero igual de espectaculares, como Leo, Géminis, Bootes con la brillante Arcturus y el cielo sur dominado por Virgo, Corvus y el Centauro que alberga el mayor cúmulo de estrellas visible, W Centauri. Muy cerca de éste se encuentra la escurridiza Cruz del Sur, inobservable desde el continente europeo, que puede vislumbrarse al completo desde la isla cerca del horizonte Sur entre los meses de enero y junio a diferentes horas. El otoño es la estación de la galaxia de Andrómeda, situada muy alta, próxima al cuadrado de Pegaso y la característica forma de "W" de Cassiopeia junto a Perseus.