Una cumbre azucarada

Las montañas de Gran Canaria, la cumbre de la isla redonda, van últimamente camino de convertirse en un Cumbre Azucarada. Las montañas más dulces que puedan recordarse. No nos entienda mal, no apareció ningún Charlie buscando billetes dorados de Willy Wonka en el Pueblo de Tejeda. Ni hay ninguna fábrica de dulces escondida a ojos extraños. Pero lo que sí hay en Tejeda es una concentración de recetas azucaradas sin parangón a ese nivel de altura.

Recetas artesanas, cocinadas en casa, con mimo y siguiendo el mismo camino generación tras generación. Hasta el mar de nubes que acompaña el Bentayga se puede acabar azucarando si se continúa popularizando el recetario de dulces que regala el pueblo cumbrero.

Piense si no en el Bienmesabe. Típico dulce de Tejeda. Que no es sólo el dulce con el mejor nombre que pueda encontrarse. Es que además, el Bienmesabe, postre de la zona, es el mejor acompañante posible, la pareja del año. Una mezcla de azúcar, almendra, yema y canela que se suma como anillo al dedo a cualquier helado que uno conozca. A cualquiera. Y también a tartas y a lo que sea que uno quiera endulzar.

Porque si es por almendras Tejeda puede presumir carretera arriba y carretera abajo. Y lo mismo pasa con la miel de abeja. Y con las tortas de ñame. Y con la mermelada de ciruela. Porque hay cirueleros a porrillo, y almendreros que a veces se animan y se ponen en flor, y un paisaje digno de visitarse. Así que permítase disfrutar un poco. Conozca Tejeda. Deje atrás la bolsa de agua caliente, el termómetro, el paracaídas. Permítase más helados, más dulce, más Bienmesabe. Suba a Tejeda, al final de la carretera que lleva a las montañas más altas de la isla redonda.