Si miramos un mapa veremos a las islas Canarias muy cerca del Trópico de Cáncer, pero más cerca aún del mayor desierto del mundo: el Sahara. Sin embargo, disfruta de un privilegiado clima subtropical gracias a estar bañadas por la corriente de aguas muy frías —llamada, precisamente, corriente de las Islas Canarias— procedente del norte del Atlántico (ramal de la corriente del Golfo) y estar sometidas al régimen de los vientos alisios con su «lluvia horizontal». Aun así, la orografía de cada una de las islas es variada y factores como la orientación y altitud condiciona y favorece la existencia de multitud de microclimas y su vegetación asociada.
La benignidad del clima, el sol, la fertilidad de sus suelos de origen volcánico y la calidad del agua explican que islas como Gran Canaria destaquen en la producción de frutos tropicales. En zonas próximas a la costa del norte de la isla, las plataneras forman parte del paisaje desde finales del siglo XIX; mientras que en sus estrechos valles encajonados entre montañas que se abren al mar en sus desembocaduras, tanto al sur como al noroeste, desde finales del XX prosperan las plantaciones de los otros cuatro grandes frutos tropicales del mundo: el mango, la piña, la papaya y el aguacate.
Favorecidos por ese suelo y microclimas insulares se obtiene aquí todo un mundo de delicias frutales que se exportan, o disfrutan in situ residentes y viajeros. La gastronomía local se enriquece con toda esta aportación que suma, a las frutas tradicionales, una variada gama de posibilidades de un alimento sostenible y saludable por sus propiedades nutricionales y terapéuticas. Su presencia, en diferentes presentaciones y recetas, es una feliz realidad en los restaurantes de la isla sea cual sea el tipo de cocina que practiquen.
Del plátano canario, con temperaturas suaves y poco contrastadas en su zona de producción, son bien conocidas sus cualidades, especialmente su sabor dulce, intenso y aromático, que varía en función del grado de maduración. Al ser un fruto climatérico —que puede madurar después de ser cosechado si se recoge en su momento adecuado—, sus características nutricionales van variando: en su punto medio de maduración o, incluso, algo verde tiene notables beneficios, también en personas con tendencia a la obesidad y diabetes por su casi nula presencia de grasas, mientras que más maduro es ideal después del ejercicio en personas sanas sin sobrepeso.
La clásica y dulce piña tropical de Gáldar y Guía, los sabrosos aguacates que en Mogán tienen en el aguacate verruga su producto estrella, las mangas y papayas que se dan con éxito tanto en el sur como en el norte de la isla, sin olvidar otros frutos tropicales como guayabas y granadas extendidos por diversos municipios, se suman ahora a nuevos cultivos como el kiwi, la pitahaya, la guanábana, el lichi, el tamarindo o la carambola, toda una apuesta de futuro para este tipo de producciones, importantes en una dieta equilibrada y sana que en Gran Canaria encuentran dónde desarrollarse en óptimas condiciones.