Gran Canaria es un excelente lugar para disfrutar de las lluvias de estrellas fugaces que adornan nuestro cielo nocturno, pequeñas partículas de polvo cometario o procedentes de asteroides que al entrar en la atmósfera se encienden por el rozamiento con ella, formando trazos luminosos sobre nuestras cabezas a muchas decenas de kilómetros.

En ocasiones, si la masa de la partícula es mayor se pueden observar como si fueran bolas de fuego cruzando el cielo, son los espectaculares bólidos. Todas las noches se pueden ver estrellas fugaces pero algunas son especialmente activas al cruzarse La Tierra con zonas donde la densidad de partículas es mayor.

La observación de meteoros es uno de los fenómenos astronómicos más seguidos por el público en general. No requiere ningún instrumento óptico, sólo cielos despejados y oscuros alejados de la contaminación lumínica. También es importante tener buena visibilidad sin interferencias importantes ocasionadas por montañas u obstáculos artificiales, como los edificios.

Debemos buscar una manta o esterilla, abrigarnos, tumbarnos en el suelo y manetener los ojos bien abiertos. Los miradores astronómicos de Gran Canaria son un excelente punto de visión para las distintas lluvias de estrellas observables durante el año, con especial referencia a las Perseidas o Lágrimas de San Lorenzo en agosto o las Gemínidas en diciembre.