Si al asomarte por la ventana lo primero que has visto ha sido un océano azul, un mar en calma y unos cuantos barquitos de pesca preparando su salida para el avistamiento de cetáceos, hay muchas probabilidades de que te encuentres en Puerto Rico.

Una de las pocas playas que puede presumir de sol durante casi todos los días del año.

La playa ideal para aquellos que buscan tranquilidad, un mar en calma y aguas cristalinas, perfecta para ir con los niños.

Puerto Rico es una pequeña playa en forma de concha. Un arenal muy acogedor encerrado entre dos espigones que la protegen de las corrientes, convirtiéndola prácticamente en una laguna salada de color azul turquesa. Una de las mejores playas de la isla si viajas en familia.

Puerto Rico fue una de las primeras playas artificiales que se construyeron en Gran Canaria en la década de los 60. Situada al suroeste del municipio de Mogán, Puerto Rico es una playa ideal para el baño y muy segura, sin oleaje alguno gracias a la protección de su muelle deportivo.

Esta urbanización turística que se empezó a construir alrededor de los años 60, se ha convertido hoy en día en un lugar de referencia para el viajero que busca infinitos días de sol y cálidas temperaturas en el sur de Gran Canaria, además de una amplia oferta de actividades de ocio tanto diurnas como nocturnas.

Una playa con multitud de servicios: cafeterías, restaurantes, zonas de ocio y uno de los centros comerciales al aire libre más recientes de la isla, donde poder disfrutar de una tarde de ocio y compras bajo el sol.

La culpa de todo esto la tiene el dichoso buen tiempo que habita en Puerto Rico durante los 365 días del año. Un sol suave, que parece no querer dejar este pequeño valle del sur de Gran Canaria, ha convertido a Puerto Rico en uno de los destinos favoritos de turistas y locales.

El mismo sol que ha convertido esta pequeña playa de Puerto Rico, junto a su vecina Amadores, en uno de los lugares con mejor clima del mundo.