En un año donde la incertidumbre y los desafíos eran protagonistas, nació un rayo de esperanza para el sector primario en Gran Canaria: la Feria Km.0. Gran Canaria. Un proyecto gestado en medio de la pandemia que se ha convertido en un puente sólido entre los productores locales y los consumidores.
La génesis de esta iniciativa se originó en la empatía y la visión estratégica de la empresa Elipse, Gestión de Eventos. Con experiencia previa en el mundo de los eventos y un contacto cercano con los productores locales, surgió la chispa de la idea: ¿por qué no crear un proyecto que uniera estas dos vertientes? Así, en medio de las restricciones y protocolos pandémicos, la primera edición de la Feria Km.0 Gran Canaria vio la luz.
Las condiciones eran complejas, pero la determinación era mayor. Contra viento y marea, el proyecto fue acogido con los brazos abiertos tanto por los visitantes como por los propios productores. La respuesta fue tan positiva que se convirtió en una certeza: este proyecto tenía que perdurar más allá de la pandemia. Así, con una mezcla de resiliencia y creatividad, este año se ha llegado a la decimoctava edición de la feria tras haber pasado por municipios como Ingenio, Arucas, Moya, Telde, Santa Lucía, Valsequillo, Las Palmas de Gran Canaria o Agüimes.
De la tierra a la feria
La elección de los participantes que dan vida a la Feria Km.0 Gran Canaria refleja el compromiso de la organización con la comunidad local y sus productores. A través de una cuidadosa selección, se logra no solo presentar una variada oferta de productos, sino también crear lazos significativos entre el lugar y aquellos que trabajan la tierra con pasión y dedicación.
Los criterios utilizados en este proceso de selección son guiados por una premisa fundamental: la relación entre el territorio y los productores. «Lo primero que se hace es buscar productores de la zona en la que se celebra la feria para que haya una relación directa entre el lugar y los productores», comenta Pedro Quintana, director de la Feria Km.0 Gran Canaria. Esta conexión con el entorno es el primer paso para construir una propuesta que resalta la autenticidad de los productos locales.
Una vez que se ha establecido una presencia sólida de productores locales, se abre la puerta a participantes de otros rincones de la isla. La diversidad de productos es un objetivo clave, y los organizadores se esfuerzan por garantizar que haya una amplia gama de opciones disponibles para los visitantes.
De esta forma, la feria se erige como un escaparate de productos frescos y de calidad que se recogen directamente de los municipios. En este sentido, la temporalidad guía la selección de los productos exhibidos. Esta elección no solo contribuye a una experiencia gastronómica excepcional para los visitantes, sino que también respalda la producción sostenible al reducir la necesidad de transportar productos de largas distancias.
Más allá de las fronteras
Durante estos años, la Feria Km.0 Gran Canaria ha logrado atraer una diversidad de visitantes que contribuyen a enriquecer la experiencia en cada edición. En el corazón de la asistencia, se encuentran los locales, que forman parte del tejido de la comunidad y que reconocen el valor de apoyar a los productores locales. Estos visitantes representan una conexión fundamental entre la feria y la identidad de la región, contribuyendo a fortalecer los lazos entre los productores y sus consumidores más cercanos.
Sin embargo, el alcance de la feria va más allá de las fronteras locales. Con el auge del turismo en la región, se ha atraído la atención de viajeros que desean experimentar Gran Canaria en su forma más auténtica, explorando las delicias locales y las creaciones únicas de la región.
Esta fusión entre lo local y lo turístico es parte integral del propósito de la feria. Los organizadores ven en la feria no solo un espacio de intercambio comercial; también un componente esencial del producto turístico de Gran Canaria.
Impacto positivo en acción
Desde sus comienzos en un contexto complejo, la Feria Km.0 Gran Canaria ha asumido un compromiso con la sostenibilidad medioambiental y social. A lo largo de sus cuatro años de existencia, este compromiso ha permeado cada aspecto de la feria, formando la columna vertebral de su propósito y acciones.
La feria no se limita a ser un mero escaparate de productos locales, sino que trasciende hacia un mensaje de positividad y conciencia. La premisa fundamental es clara. «Cada vez que se adquiere un producto de los productores locales de Gran Canaria, se contribuye directamente a la sostenibilidad medioambiental y económica de la región».
El mensaje de impacto positivo no solo impulsa a los productores y a la economía local, sino que también refuerza el tejido social y el paisaje. Los visitantes son invitados a ser agentes activos de cambio, a través de sus elecciones de compra, que respaldan la producción local y respetan el entorno. La feria, en su esencia, se ha convertido en una plataforma de educación y empoderamiento, comunicando con claridad el papel vital que juegan los consumidores en la construcción de un ecosistema más sostenible.
Este enfoque ha llevado a una comunidad ferviente de seguidores que se unen a la feria edición tras edición. La feria no es solo un lugar de transacciones comerciales, sino un punto de encuentro donde la comunidad se reúne para apoyar una causa común y para conectarse con los productores que comparten sus valores.
El espíritu de la isla
La Feria Km.0 Gran Canaria es un escaparate donde las empresas comparten sus iniciativas locales. Desde agricultores hasta pequeños productores agroalimentarios y de transformación, cada empresa marca la diferencia al poner en valor los tesoros de la isla y fomentar un consumo más sostenible y consciente.
Desde Huerta El Cordel, que teje colaboraciones con agricultores vecinos para ofrecer una amplia gama de productos frescos, hasta Tortilidia y su enfoque creativo en las tortillas, la feria actúa como un vínculo directo entre quienes cultivan y quienes disfrutan.
Bochinche-Bodega La Montaña nos sumerge en su pasión por el vino autóctono en San Mateo, que se complementa con comida casera elaborada con productos de kilómetro cero. El Molino San Pedro de La Atalaya de Santa Brígida lleva la autenticidad local a nuevas alturas, produciendo gofio de millo de forma completamente tradicional y sin añadir sal ni azúcar.
En Fontanales, tres queserías elaboran auténticas joyas culinarias. Los quesos de Quesería Madre Vieja se elaboran con leche de vaca, cabra y oveja en diversas variedades. Quesería Camino de Inciensos destaca por sus variedades de pimentón, gofio, tierno y semicurado. Quesería Los Castañeros es uno de los pocos productores que trabaja con la vaca raza canaria, en peligro de extinción.
La singularidad de ¡Ñoos! radica en la fusión de tradiciones culinarias alemanas con ingredientes canarios, mientras que Finca La Suerte Grande apuesta por el cultivo ecológico. Apiscrea, por su parte, se enfoca en promover la miel local de Gran Canaria, especialmente la producida por la abeja negra canaria.
Estas voces y enfoques, entre otras muchas, conforman conforman un mosaico en la Feria Km.0 Gran Canaria, donde se celebra y promueve la riqueza de los productos locales y se fomenta un mayor vínculo entre productores y consumidores en la isla.
Un futuro en crecimiento
El horizonte de la Feria Km.0 Gran Canaria se extiende hacia un futuro repleto de posibilidades y aspiraciones ambiciosas. Más allá de su éxito actual, la feria busca expandirse a otros municipios, llevando consigo su mensaje de autenticidad, sostenibilidad y comunidad. La visión se enfoca en brindar una plataforma a aquellos productores que están en busca de un medio para darse a conocer, al mismo tiempo que se fortalece la relación entre la comunidad local y sus productos.
Sin embargo, el propósito trasciende la realización de la feria en sí misma. La feria aspira a ser un medio para un fin mayor: concienciar a la población sobre la importancia de los productos locales y su papel en la sostenibilidad y el bienestar de la comunidad. Es un recordatorio poderoso de que los productos locales no son simples productos finales, sino eslabones en una cadena más amplia que abarca la economía, la sostenibilidad y el paisaje.
En un mundo que a menudo se encuentra dominado por la globalización y la producción en masa, esta feria representa un retorno a lo esencial. Esta plataforma ha demostrado ser más que una simple exposición de productos locales. Ha emergido como un símbolo de la capacidad de adaptación y colaboración de la comunidad agrícola y ganadera de la región.
La Feria Km.0 Gran Canaria no solo celebra los sabores y las tradiciones, sino que también forja un sentido de comunidad. En cada paso adelante, en cada expansión a nuevos municipios, la feria se convierte en una semilla que germina en la comunidad y crece hacia una isla más fuerte.
*Más información: Ferias Km.0 en Gran Canaria.